Christopher Xavier Flores

 

Fundación Pro Casa Maternal

Paso a paso

Xavier Flores, Xavi como le llaman sus maestras, es un niño de 7 años. Tiene un año de pertenecer al Programa de Casa Maternal. Este programa fue de mucha importancia para Xavi y su familia, pues a través de él, aprendió a leer durante el connamiento. Además hizo actividades físicas y manualidades que estimularon su desarrollo durante el encierro. Su maestra Marlene interactuaba con él a través de videollamadas, por este medio Xavi fue motivado para leer y hacer sus primeros trazos.

“Antes no sabía leer bien pero ahora sí, gracias a mi maestra. Hago videos y planas. Cuando sea grande quiero hacer más videos y ser “yutuber” para comprarle una casa a mi familia”. Son las palabras y el sueño Xavi.

Gracias a Casa maternal la educación y estimulación de muchos niños no se vio interrumpida. Sus maestras desarrollaron una gran labor para motivarles cuando más lo necesitaron. Paso a paso vemos a muchos niños y niñas salir adelante.



resilencia

Sin importar las dicultades que se enfrenten en la vida, nuestros niños nos enseñan que no debemos darnos por vencidos; y siempre tenemos que ponernos de pie. Esto es tenacidad y resiliencia. Como Fundación seguiremos apoyando estas iniciativas que benecian a la niñez. Es el legado que vamos a dejarle a las nuevas generaciones. Velaremos por su desarrollo y les acompañaremos para que apren-dan a valerse por ellos mismos. Una niñez fortalecida garantiza un mejor país.

Padres, madres de familia y personal educativo; conscientes sobre la realidad que enfrenta la niñez, ante las circunstancias de la pandemia de COVID-19.

Fátima Oviedo

 

Universidad Don Bosco

Nunca te rindas

Días antes de comenzar en la universidad, el padre de Fátima perdió su empleo. No podemos imaginar la frustración que tenía al ver que sus sueños se caían en pedazos.

Resiliencia es la capacidad de enfrentar la adversidad, ponerse en pie y buscar alternativas para cambiar la realidad. Esa fue la actitud que Fátima Oviedo tomó. No solo ella, también su padre. Ambos se inscribieron en la Universidad Don Bosco. Fátima en la carrera de ingeniería y su padre en diseño gráco.

Ella siempre había querido estudiar Ingeniería Mecatrónica, sabía que la carrera era más cara; pero no se dio por vencida y buscó alternativas. Obtuvo una beca completa gracias a la Fundación Rafael Meza Ayau. Ahora está en 5to. año; y en este corto tiempo, ha logrado ser presidenta de la rama estudiantil salvadoreña del Instituto de Ingenieros Electricistas y Electrónicos (IEEE).



resilencia



Miembro de Robotics & Automation Society y Computer Society desde el año 2018. Ha realizado intercambios académicos en Querétaro, México; durante la tercera edición del Innovation Academy for Women of the Americas, convención que se realizó a principios del 2020.

“Gracias al apoyo económico de la FRMA, nuestra situación familiar se equilibró. Y quería mencionar esto porque ahora estoy segura que una beca no solo impacta en la parte académica al becario, sino también a su familia”. Estas son algunas de las palabras de gratitud expresadas por Fátima.


Quienes antecedieron a Fátima como becarios FRMA en la UDB, hoy tienen una carrera profesional de éxito como se muestra a continuación:

$1,179

promedio de salario de los becarios graduados

77%

de quienes laboran cuentan con contrato indenido

100%

de quienes laboran se encuentran en un rubro profesional afín a su carrera

96%

indica no haber podido estudiar sin el apoyo de la beca

2005

primer becario FRMA

40

becarios a la fecha

Valoramos el esfuerzo y tenacidad de nuestros jóvenes. Nos hace recordar la resiliencia de Rafael Meza Ayau padre, quien empezó una y otra vez… Nunca se dio por vencido y siempre encontró alternativas. Muchos jóvenes, con nuestro apoyo, también encuentran alternativas que se vuelven grandes oportunidades. Nos sentimos orgullosos del futuro que están construyendo.